martes, 29 de noviembre de 2011

La mente de un Psicopata

La Mente De Un Psicópata



Los deseos de muerte coexisten entre nuestras emociones junto con los deseos de vida, al igual que los sentimientos de amor y odio que forman parte de nuestras emociones. Muchos de nuestros instintos destructivos más primitivos son desplazados o sublimados en la vida adulta consecuencia de nuestro desarrollo en virtud de la adaptación social. Algunos de ellos se mantienen en nuestra conciencia y son características que compartimos todos los seres humanos, como por ejemplo, el atractivo por la muerte como fuente de nuestra curiosidad. La muerte es un misterio que desconocemos y como tal nos atrae. Prueba de ello son las películas que consumimos donde la crueldad es la fuente de interés de la que se nutre su éxito, las novelas negras a las que nos aficionamos o las noticias que difunden los medios de comunicación explotando su contenido morboso para aumentar las audiencias.
Nos enfrentamos al deterioro más grave de las funciones del superyó que abre las puertas al comportamiento antisocial. La persona incapaz de experimentar un verdadero compromiso de amor con otro ser humano, no está coaccionado por los remordimientos si se propone dañar, extorsionar o degradar, hasta el punto de sentirse libre para acabar con la vida de otro. Pero la ausencia de culpabilidad no se puede asumir como una característica definitoria de la personalidad psicopática. Aunque en algunos casos la incapacidad de amar y la ausencia de remordimientos se manifiesten de forma evidente como típicamente psicopáticas, se encuentran también síntomas ansiógenos o depresivos u otras señales neuróticas. Si bien es cierto que la indiferencia ante el sufrimiento humano les permite perpetrar los crímenes más atroces, habrá que analizar si está o no acotada a una esfera social tal como las figuras de autoridad, o un grupo minoritario ya sea este de carácter religioso, étnico, etc., y sin embargo se muestren intensos sentimientos de amor ante sus familiares, amigos o grupo perteneciente. Las fallas en los sentimientos de culpabilidad y de capacidad de amar no son los únicos elementos que crean problemas para hacer la diferencia entre las personalidades psicopáticas y el resto. Igualmente ocurre atendiendo al nivel más comporta mental: no se puede definir al psicópata por sus actos destructivos porque no es el crimen quien define al criminal.Una perspectiva a tener en cuenta para escrutar la mente psicopática es si se puede tomar como genuina la dinámica individual que motiva sus comportamientos destructivos.

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